¡Hola a todos/as!
Como ya sabéis me he ido con mucha pena del Proyecto “Cultivando Inclusión” y con ella sigo, porque todas las personas que forman parte de él para mí han sido como una segunda familia. Por ello, aunque no me gustan las despedidas, no quiero irme sin antes agradecer todo lo que he aprendido durante mi trabajo en este Proyecto.
Cuando me llamaron para este
puesto, yo llevaba un tiempo en paro y la oportunidad no pudo ser mejor:
trabajar en algo para lo que había estudiado, en un entorno con tanta belleza y
en un Proyecto ilusionante. Por lo que para mí fue como si me hubiera tocado la
lotería.
Si es verdad, que como en
todos los comienzos, tuve la incertidumbre de cómo irían las cosas, pero ya
desde el primer día me llevé una buena impresión del trabajo.
Sobre mis compañeros de la
Mancomunidad, quiero comentar que les estoy agradecida
porque de cada uno de ellos aprendí algo, nunca los voy a olvidar y les deseo
lo mejor. Especialmente, a mi compañera Ángela con la que he sido un equipo
durante todo este tiempo con la ilusión de hacer crecer el Proyecto.
Una de las primeras cosas que Ángela me dijo sobre el
trabajo es que lo que más le gustaba era pasar tiempo con los chicos. Cuando comencé
la rutina en el Aula entendí por qué me lo decía…
Con los chicos he compartido momentos
especiales: clases, talleres de cocina, huerto, idas y venidas en la
furgoneta, excursiones, viajes, obras de teatro, etc. Todos ellos tendrán siempre
un lugar en mi memoria.
Quiero agradecerles todo lo que me han aportado en
este tiempo, convirtiéndose, en ocasiones, en mis maestros: enseñándome a disfrutar de todo, incluso
de los pequeños detalles de la vida, a relativizar las cosas y a mirar la vida con
una sonrisa, a enfrentar los propios miedos, a acoger a las personas siempre
con amabilidad y cariño… Además, me
han hecho aprender de la amistad, del compañerismo y a crecer tanto profesional
como personalmente.
También quiero hacer una mención especial a las familias de los
participantes, por su buena acogida y su cercanía y por la colaboración que nos
habéis prestado.
Por delante tengo una nueva etapa de vida, pero es
inevitable pensar en todos los momentos buenos que disfruté a vuestro lado y
sentir tristeza por echaros de menos. Sin embargo, esto es una despedida, pero no
un adiós ya que pronto
volveré de visita y haré lo posible por no perder el contacto con vosotros. En
mi corazón siempre habrá un lugar para cada uno de los que formáis parte de
este pequeño gran Proyecto.
¡Hasta siempre!
Laura.
Gracias por tu compromiso con el proyecto...gracias por tu profesionalidad y yo personalmente también he aprendido mucho contigo...gracias
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